¿Y quién es Moby Dick? Un tipo raro, muy suyo, aficionado al juego, muy muy gordo y grandote al que todos tenían miedo y que cuando se enfadaba quemaba cosas. Tenía un LandRover y costaba mucho entenderlo, a veces se dormía de pie, en cualquier lugar, y le gustaba mucho contar historias rocambolescas. Algo de eso recuerdo de las descripciones de Caparrós, Valdivia y el reportero. Pero, ¿son estas ciertas? ¿Existe ese Moby Dick? Y si existe, ¿sigue vivo? Lo que si sabemos es que Valdivia era un chatarrero de Poble Nou, viejo amigo de Moby Dick, como Caparrós. Entre los tres, cuentan en la película, desmantelaron por completo las fábricas de la RAM.
Que la elocuencia del narrador delegado en Valdivia no nos engañe, que tampoco lo haga el reportero con su narración y preguntas, en el núcleo de la no intervención reina, desde que se coloca la cámara y toma un punto de vista, la manipulación. Es en el acto de contar historias, de Valdivia, de Jordi Vera -la persona que fotografió a la banda en sus mejores años-, de Caparrós y de todos las personas que hablan en la película, donde la realidad bruta registrada se desnaturaliza, es contrariada y falseada, así, lo que de esta se 'extrae', la ficción lo incorpora en su seno, revaloriza su sentido y coherencia y todos esos materiales finalmente encuentran su 'verdad', dialécticamente.
Las personas reales, Valdivia y Caparrós, pero también, el reportero y narrador -uno de los dos directores de la película, se muestran en su verdadera dimensión, dentro del relato, como auténticos arquetipos: pienso en los western llamados crepusculares, género donde es más que apreciable el paso del tiempo, el fin de los modos de vida tradicionales del viejo oeste y la llegada de un nuevo orden económico/tecnológico/social que los borra. Veremos que hay mucho de eso, la banda de Moby es expulsada de las fábricas de la RAM, algunos se pierden, otros desaparecen, los años de grandes fechorías parece que han terminado, sin embargo, como los veteranos (anti)héroes del western, Valdivia y los espectadores con él tienen aún una última misión: encontrar a Moby Dick.
Os esperamos el martes 23 de enero en el Cineclub Chantal, en la sala 3,11 de la Ingobernable.