Por si el título no lo dejase claro, la premisa es la siguiente: un hombre quiere morirse pero descubre que lo de suicidarse no se le da demasiado bien y decide contratar a alguien que lo haga por él. Pero, ¿qué pasa en estos casos si cambias de idea? ¿Sería encontrar el amor una salida oportuna o más que inoportuna? Este es el detonante de “Contraté a un asesino a sueldo”, del director Aki Kaurismaki, un canto a la esperanza para los desesperados. En “Beket”, la película que vimos la semana pasada, los personajes se movían sin un rumbo muy claro buscando a un tal Godot, olvidando a cada poco e intentando buscar una salida que no existía. Los temas que surgen de este surrealista peregrinaje fueron los que llevaron a pensar en esta película, en la que el humor negro y el romanticismo tardío arropan a lo inesperado, la humanidad que aflora en la miseria. Y es que en esta película los temas se repiten de cierta manera: la muerte, el absurdo existencial, la búsqueda de algo que dé sentido. Pero si la película de la semana pasada fluía a través del surrealismo, en este caso el esperpento y la ironía son las guías para narrar esta historia, donde nos embarcaremos en la miseria existencial y material de Henri y de Londres, plasmado en sus planos, tan fríos como el resto de los seres que habitan este particular universo. Y, sin embargo, en esta atmósfera “hopperiana”, la película logra que sonrías, que Henri se gane tu simpatía y que busques el rayo de esperanza, algo de color (está dedicada a Michael Powell), en tan gris estampa. Os esperamos este martes 27 de noviembre a las 20:00 h en el Cineclub Chantal, en la Ingobernable.
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Arranca básicamente con dos tipos esperando en la carretera. Esperando un transporte que los lleve a cualquier lugar, que los saque de ahí. Parecen estar en un limbo, en un desierto o en medio de la nada, solo andando. Así como el título lo sugiere (de una forma bruscamente deletreada), esta película está basada en la obra de Samuel Beckett, esencialmente en su conocidísima pieza “Esperando a Godot”. Manuli combina diversos elementos teatrales propios del autor, como lo son el absurdo, la tragicomedia y el existencialismo, en una atmósfera cinematográfica surrealista que sugiere un mundo inhabitado: un mundo que es un palco. Para los que están familiarizados con la pieza original, los dos personajes principales, Vladimir y Estragón, están aquí representados con los nombres de Freak y Jajà; que a veces parecen sufrir de amnesias temporales pero que también tienen momentos de lucidez profundamente reveladores. Dos hombres a la espera de un cierto tipo llamado Godot, quien es el eje de los eventos a través del filme. Aunque es obvio que no intenta ser una copia fiel, todo gira en torno a simbolismos de lo judeocristiano y las relaciones sociales que implican: el paraíso terrenal, el oráculo, lo que podría ser la relación de Adán y Eva... Con una estética que a veces recuerda un poco al “Séptimo sello” de Ingmar Bergman (1957), el director juega con analogías de un teatro minimalista e imágenes propiamente posmodernas mixturadas con la música electrónica.
Si quisiesen sumergirse en este remake italiano (aun más) bizarro, les invitamos a juntarse para la proyección estes martes 13 de noviembre a las 20h en Cineclub Chantal- Sala 3.11 de CS La Ingobernable. Au Hasard Balthazar / Al azar de Baltasar (1966) de Robert Bresson En la sesión anterior del cineclub vimos El último caballo, una película donde el propietario de un caballo lucha para conseguirle un lugar en la ciudad, una ciudad que ha cambiado bruscamente y se ha modernizado, dejando atrás la necesidad de animales y muchos otros valores del mundo antiguo. Esta visión del animal que solo es capaz de existir si desarrolla un trabajo, ya sea en los toros, en el servicio militar o tirando de un carro por la ciudad, me recordó a los diferentes segmentos de la vida del burro Baltasar en esta película. (Además de cierta escena en el cuartel de bomberos). La película sigue a Baltasar desde su bautizo y sus primeros años felices junto con la joven Marie, tras los cuales la pareja es separada. Sus dos historias, a veces interlazadas, cuentan una vida de abusos a manos de otros que por lo general buscan sacar algún tipo de ganancia. Empleando actores no profesionales, y rodada con el estilo austero típico de Bresson, muestra a veces también una especie de espiritualidad a través de todo ese maltrato y sufrimiento al que Baltasar y Marie son expuestos.
La película será proyectada el Martes 6 de Noviembre en el Cineclub Chantal, localizado en CS La Ingobernable, tercera planta, C/ Gobernador 39, Madrid. |
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