Por si el título no lo dejase claro, la premisa es la siguiente: un hombre quiere morirse pero descubre que lo de suicidarse no se le da demasiado bien y decide contratar a alguien que lo haga por él. Pero, ¿qué pasa en estos casos si cambias de idea? ¿Sería encontrar el amor una salida oportuna o más que inoportuna? Este es el detonante de “Contraté a un asesino a sueldo”, del director Aki Kaurismaki, un canto a la esperanza para los desesperados. En “Beket”, la película que vimos la semana pasada, los personajes se movían sin un rumbo muy claro buscando a un tal Godot, olvidando a cada poco e intentando buscar una salida que no existía. Los temas que surgen de este surrealista peregrinaje fueron los que llevaron a pensar en esta película, en la que el humor negro y el romanticismo tardío arropan a lo inesperado, la humanidad que aflora en la miseria. Y es que en esta película los temas se repiten de cierta manera: la muerte, el absurdo existencial, la búsqueda de algo que dé sentido. Pero si la película de la semana pasada fluía a través del surrealismo, en este caso el esperpento y la ironía son las guías para narrar esta historia, donde nos embarcaremos en la miseria existencial y material de Henri y de Londres, plasmado en sus planos, tan fríos como el resto de los seres que habitan este particular universo. Y, sin embargo, en esta atmósfera “hopperiana”, la película logra que sonrías, que Henri se gane tu simpatía y que busques el rayo de esperanza, algo de color (está dedicada a Michael Powell), en tan gris estampa. Os esperamos este martes 27 de noviembre a las 20:00 h en el Cineclub Chantal, en la Ingobernable.
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