Y esta es Fumiko Nakajo (1922-54), la poeta en cuya vida está inspirada Chibusa yo eien nare (Pechos eternos). Escribía tankas, estrofa tradicional japonesa cuya estructura es cinco versos de 5-7-5-7-7 sílabas. Sus poemas se recogieron en dos colecciones Chibusa Soshitsu (La pérdida de los pechos), y Hana no Genkei (Un prototipo de flores), publicado postumamente. En su poesía trató sobre temas de su vida como el divorcio o el cáncer de mama que padeció.
Una colina con forma similar
a una mama que perdí,
flores marchitas la adornan
en invierno*.
En la película hay un momento en que en una reunión semanal de un grupo de poetas locales al que pertenece la protagonista, se están leyendo sus poemas y alguien (un hombre) dice: “son buenos”, y otro hombre: “un poco exagerados”, otro: “son poemas extraños”, una mujer: “algún día los entenderás”, otra mujer: “dicen la verdad”; otro hombre (con tono irónico): “¿la verdad de las mujeres?” y casi todxs se ríen…
Son muchas las semejanzas entre la película que vimos la semana pasada, Cuando una mujer sube la escalera de Mikio Naruse y Pechos eternos. Ambas son películas que nos acercan a un momento de las vidas de dos personajes femeninos, sus protagonistas, dos mujeres que viven en el Japón de mediados de los 50 a principios de los 60 tratando de llevar la vida que querrían vivir, hacer lo que querrían hacer y amar a quienes querrían amar y para ello deben enfrentarse a múltiples y durísimas dificultades con una integridad inquebrantable y vital que logra irradiarse como resistencia ante la negrura social y fatídica que las acecha. Pero, a pesar de toda esta cercanía, hay algo que podría ser considerado como una pequeña o gran diferencia entre ambas películas: una fue dirigida por un hombre y otra por una mujer. Cuando vi Pechos eternos me impresionó mucho. En ella presenciamos algo singular y emocionante que logran hacer aparecer una directora, una escritora, una actriz en una película donde se trata por ejemplo la relación con los pechos amputados. Como si desde su tiempo estas mujeres nos trajesen la radical posibilidad de contar pedazos de mundo y experiencias que faltan por contarse, y a través de modo de hacer que raramente está presente en el cine que vemos, que hemos visto. Y eso es una alegría. De ello me gustaría que hablásemos de ello después de su proyección a mañana martes las 20.00 en la sala 3.11. de la Ingobernable.
*Aquí podéis leer algunos de poemas de Fumiko Nakajo (traducidos al inglés, no encontré traducciones al castellano): https://fayaoyagi.wordpress.com/2011/04/30/tanka-translation-81-fumiko-nakajo/ http://simplyhaiku.com/SHv2n4/features/Jane_Reichhold.html