La peli básicamente es eso: un chico y una chica que se conocen y reconocen el uno al otro como perfectos cómplices para llevar a cabo una huída. La huída en sí consiste en un viaje sin fecha de vuelta, navegando en una pequeña embarcación y disfrutando de unos paisajes que, al menos en blanco y negro y vistos desde el tórrido mes de julio madrileño con sus ardientes pavimentos, resultan paradisíacos y nos hacen soñar con escapar allí también y pegarnos una zambullida. Sobre todo porque es verano, y el buen tiempo les acompaña. También, por cierto, hay algo agradable en la naturalidad con que el cuerpo de ella es filmado (estamos en 1953), que, pienso, queda muy lejos del erotismo del que se ha querido acusar a la película.
Esta semana en Cineclub CHANTAL veremos “Un verano con Mónica”, donde, a diferencia de las películas que hemos visto en las últimas semanas, no encontramos organizaciones ni héroes revolucionarios, pero sí a una pareja de adolescentes precarios pretendiendo literalmente escapar del infierno laboral que les toca vivir cada día, como si aquello fuera posible. La peli básicamente es eso: un chico y una chica que se conocen y reconocen el uno al otro como perfectos cómplices para llevar a cabo una huída. La huída en sí consiste en un viaje sin fecha de vuelta, navegando en una pequeña embarcación y disfrutando de unos paisajes que, al menos en blanco y negro y vistos desde el tórrido mes de julio madrileño con sus ardientes pavimentos, resultan paradisíacos y nos hacen soñar con escapar allí también y pegarnos una zambullida. Sobre todo porque es verano, y el buen tiempo les acompaña. También, por cierto, hay algo agradable en la naturalidad con que el cuerpo de ella es filmado (estamos en 1953), que, pienso, queda muy lejos del erotismo del que se ha querido acusar a la película. No voy a entrar en detalles porque ya es mucho destripar, pero es necesario advertir que en el último tercio de la película la historia se vuelve dolorosa y cruel, incluso más allá de lo necesario, pero el viaje merece la pena. Con esto quiero decir que aunque a ratos me peleo con ella, pienso que ver por primera vez “Un verano con Mónica” siempre será algo especial. O al menos deseo que así lo sea para vosotras y que lo hagáis MAÑANA martes 23 de julio a las 20h en CHANTAL (Sala 3.11 Planta tercera de La Ingobernable). Ya sea por primera, segunda o tercera vez. Y sobre todo que os quedéis después para comentarla juntas con una cerveza y unas patatuelas, que juntas la pensamos mejor. Nos vemos ahí pues.
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