El Dr. cree que a través del sufrimiento extremo, podrá convertir a los animales en seres humanos. Y mediante condicionantes y torturas ha conseguido que lleven sus cajas, le limpien el laboratorio, y hasta que practiquen la monogamia y la religión.
Lo que no hacen estos bichos es contar su historia (que siempre es una invención), volver a esas torturas para hacer de su capa un sayo, dar una respuesta inesperada al estímulo que se les proporciona. Porque aquel que proporciona el estímulo, esperaba una respuesta determinada. Y ese es su error. Y el nuestro.
El martes 4 de julio a las 20h no vamos a ver la isla del Doctor Moreau, pero podía haber sido. Nos quedamos con ganas de oir más historias, de oir contar su historia a la chica que no se ahogó. Pues aquí algunas historias de chicas que no se han ahogado, cuyas respuestas a los estímulos de la vida han sido muy impredecibles. Y que con sus respuestas vuelven a crear esos estímulos a su antojo. O casi. Quede esto como definición personal de la perversión.
Entonces, el martes 4 de julio a las 20h, vamos ver Soft Fiction, que Chick Strand hizo en el '79. Vamos a ver a mujeres de muy cerca (caras, caras, caras) y sobre todo oirles contar historias que sólo contarían a alguien por que no temieran eso de "ser juzgadas". A ver como lo hacemos.