Sesión Martes 26 de mayo de 2020. En el balcón vacío (1961, Jomí García Ascot)
Hablando el martes sobre la memoria de territorios "invadidos", "conquistados" y "descubiertos", contábamos que impresionaba como esta se hace manifiesta en las calles en Filipinas, en sus cuerpos, en la lengua chabacana. Hoy, ¿qué es Filipinas? Culturas híbridas. Glocalización. Este análisis se puede ir pasando por cada territorio, por cada cuerpo, por cada voz y silencio que construyen la historia de nuestra memoria ¿Qué queda? ¿Qué somos?
Así pues, en un intento de traer estas preguntas a lo que conforma la identidad española, si es que hay una, recordé En el balcón vacío. Cómo no, una historia de un yo deslocalizado, fragmentado y trastornado. Ese yo es Gabriela, una niña o adulta que se exilió en México durante la guerra española y ahora vuelve a España, ese lugar que recuerda pero que la historia lo ha cambiado.
Esta película es una ficción que habla de la relación entre el espacio y el cuerpo al pasar el tiempo. Nos susurra que historia y memoria son el presente de España. Me gusta mucho y es muy dramática, de esos dramas que te dejan buen cuerpo. Me gusta mucho la actriz, la casa y contarles que en realidad es una producción mexicana. Un clasicazo, vamos, yo no me la perdería.
Texto de Brenda Bascones.
Otras propuestas que se hicieron para esta sesión:
Una de las cosas que me fascinan del lenguaje documental es su capacidad de mostrar mundos, de construir realidades, o de tensar nuestro concepto de realidad, a veces tan rígido y estricto. Poco a poco es una fábula, no un documental, pero tiene algo de eso: de cámara oculta, de creación colectiva, de espontaneidad, de broma burlona con la que reírnos de cuestiones que de otra manera nos costaría contemplar, y que nunca son "ni blanco ni negro". Los tres socios protagonistas de la primera película de Jean Rouch, Jaguar, se embarcan en una misión etnográfica para entender cómo se hacen negocios en Europa. Un viaje mítico de ida y vuelta entre Ayorou (Nigeria) y París en el que la herencia colonial acaba patas arriba.
Texto de Enrique Esteban.
En "Ta acordaba tu el Filipinas?" que fue la película que compartimos en la última sesión del Tele-Cineclub, había una escena donde Carlos, el guía "influencer" de Manila, mostraba con sorna a los turistas una fotografía de una familia de rasgos filipinos vestidos con trajes de flamenco. Al pie de la fotografía se podía leer "Familia española". Ese momento me hizo recordar "Hester Street", una película sobre un matrimonio de judíos de finales del XIX que emigra a Nueva York desde Europa del Este y que no se pone muy de acuerdo con el tema de la asimilación cultural: mientras que él reniega de sus orígenes, ella se resiste a abandonar sus costumbres, lo cuál supone un problema, y es que su sola presencia le recuerda que él no es el flamante americano que pretende, a pesar de vivir en un pequeño piso de lo que parece ser un gueto judío y trabajar cosiendo para un antiguo vendedor ambulante de origen lituano. Más allá de eso, él quiere liberarse para vivir junto a otra mujer. ¿Y ella? ¿qué hará ella con todo esto?
Texto de Bárbara Morán