Sesión Martes 12 de mayo de 2020. La ballena va llena (2014, Colectivo Estrella del Oriente).
¿Cuál es el sentido de trabajar? era una de las cuestiones que nos planteaba la película de la semana pasada, Madre. Por eso no podía evitar que me viniese a la mente una de las películas que mejor me lo ha mostrado: La Ballena va Llena. Como en Madre, las personas se relacionan a través del trabajo, con este se muestran su cariño y cuidados, pero tanto trabajo y al final se quedó sola, entonces, ¿lo valió?¿disfrutó ese irrecuperable tiempo? En la película que propongo para esta semana quizá se responde a estas cuestiones. Va de un grupo de ancianitos que quiere trabajar en un proyecto artístico, ¡es una idea fenomenal y preciosa!, así que piden y piden financiación y becas a todas partes del mundo para continuar con su trabajo en este mundo cambiante. Tan tierna como Madre, y además amarga y chistosa. Una visión holística del trabajo, y del arte. El trabajo como forma de comunicación, que dota de sentido a la vida y con capacidad para la transformación social. Una historia de frustración y creación, donde los cuatro amigos se complementan.
Otra cosa curiosa es que es de esos documentales que hacen que nos preguntemos cuál es la diferencia entre una ficción y un documental. Por último, comentar que es argentino y pues, aun como sudamericana admito que ¿a quién no le gusta ese acento?
Texto de Brenda Bascones
Otras propuestas que se hicieron para esta sesión:
Balseros (2002, Carles Bosch, Josep Maria Doménech)
En el verano del 1994, un equipo de reporteros entrevistó a siete cubanos y a sus familias durante los días en que preparaban su huida de Cuba utilizando unas balsas de confección casera. Algún tiempo después, en el campamento de refugiados de la base estadounidense de Guantánamo, los reporteros pudieron localizar a los que habían sido rescatados en alta mar. Sus familias permanecían en Cuba sin noticias de ellos, salvo en el caso de una mujer que había naufragado con su balsa y se había visto obligada a volver a territorio cubano. Siete años después de que se lanzaran a las aguas del Estrecho de Florida en busca de un sueño, el equipo de Balseros se reencuentra con aquellos personajes para descubrir cuál ha sido su destino.
El documental habla de los preparativos y riesgos del viaje ilegal, y también de las dificultades (a veces devastadoras) de integración en una realidad antagónica a la cubana desde un punto de vista sociológico: el culto al yo, el sueño americano, comunidad, inclusión, pertenencia...
Texto de Fidel López
Recuerdo que, siendo muy niño y cuando mi madre no podía estar, tenía una prima que siempre me acogía en su casa al mediodía, entre la escuela de la mañana y de la tarde. Y también recuerdo a una profesora que me cedió una lista con sus lecturas favoritas sin avisar. Y recuerdo que todo esto recordé mientras veía La infancia de Gorki, porque quizá (entre otras cosas) es una peli sobre esto, sobre el don que uno recibe sin pedirlo, cuando aún no se sabe dónde buscar. El don del afecto, que recibe de esa abuela tan maternal que cuenta cuentos, baila y lo protege de los hombres de la casa (todos trabajan en una enorme tintorería, como en Madre de Mikio Naruse). El de la amistad, con ese vecino “sedicioso” que fabrica armas contra el régimen de los zares. O el de la complicidad, con ese curioso personaje, el Gitanito, un adulto con espíritu de niño que canta cuando habla y baila cuando camina. Es como si la peli ya estuviese recordando esos rostros vivos que nos dieron algo cuando no teníamos nada (no en vano, es una adaptación de las memorias del escritor ruso Maksim Gorki). Pero fijaos, fijaos también en los animales que conectan a los personajes, el ratón, el gato, los pájaros, el ratón que pasa de un cuerpo a una mano, de una tumba a unos brazos, el gato que reposa en el hombro de la abuela y salta desde la repisa, el pájaro que viaja de una jaula, de unas manos al viento. Es como si ahí hubiese otra película.
Texto de Rafael Vidal
La familia, el verano, la merienda. Las abuelas.
De las madres la semana pasada, para mí esta peli supone pasar a las abuelas. Su manera de ver y contar el mundo. Ese infinito archivo de objetos aparentemente inútiles, pero totalmente fascinantes. Matronas de la saga familiar, siempre con alguna anécdota sobre cada miembro de ella. Julita, la Madre, la Abuela. Recuerdo reír mucho y llorar mucho. Y ver la película dos veces en la misma semana. Necesitaba verla otra vez. Es uno de estos docus que la gente se tira filmando años, y menos mal.
En plan más analítico, diría que este documental muestra el fracaso emocional de la España del desarrollismo. Y por extensión, el que hemos heredado.
La familia, con sus miserias y con lo único que al final la salva, el humor.
Texto de Sara Buraya