Pensando sobre esta praxis del “vende motos” impasible llegamos a Salesman (Albert and David Maysles and Charlotte Zwerin, 1968) la película que veremos este martes. En ella acompañamos a cuatro vendedores de Biblias en su ruta por Estados Unidos que, frente a la inacción de Willoughby, viven para un trabajo que les exige una actividad continua y extenuante.
En la película conoceremos su cotidianidad, su recorrido por los salones y las puertas de los posibles clientes, las reuniones de empresa donde les cuentan que su jefe es Dios para después hablar de las manzanas podridas y los despidos, el día a día de motel barato, traje de corbata, gomina y convivencia amigable pero siempre tensada por una base de competitividad. Acompañaremos a Paul “el Tejón” (un juego de palabras que se traduciría como El Cansino), un irlandés peculiar que atraviesa una mala racha, mientras recorre ciudades que parecen emular parques de atracciones, se pierde en ciudades con demasiadas calles con el mismo nombre y elige su ascendencia en función del cliente al que venda.