“El Arte es una mentira que nos hace descubrir a la verdad”. Esta cita de Pablo Picasso podría haber sido enunciada por Sabzain, el impostor protagonista de Close Up. En la película que vimos la semana pasada asistimos al asombroso caso de un hombre que decide suplantar a un conocido director de cine, Mohsen Makhmalbaf, con la idea de hacer un nuevo proyecto, accediendo a la casa de una buena familia de Teherán y adentrándose en su intimidad. Los fragmentos reales del juicio, o la entrevista en la cárcel, se entrelazan con recreaciones de los hechos interpretados por sus propios protagonistas: Sabzain actúa en la película haciendo de sí mismo, haciéndose pasar por un director que quiere hacer una película sobre sí mismo.
El virtuoso fractal de realidad y ficción me trajo a la memoria F for Fake, la última película finalizada por Orson Welles. Fraude, como se llamó en España, es un ensayo-documental acerca de la falsificación en el arte, la especulación y el dinero detrás de la autoría de las obras y el poder de los expertos de arte. Comienza a partir de la grabación de un documental de François Reichenbach sobre Elmyr de Hory, conocido como el mayor falsificador del siglo XX. Durante la producción del documental, sucedió el escándalo que apuntaba precisamente al biógrafo de Elmyr, Clifford Irving, escritor y también estafador por su biografía inventada del magnate Howard Hughes. Los dos falsificadores del momento viviendo en Ibiza: “una isla, dos Ibizas. La parte seria, profunda, forma parte de España, la otra es una isla al sol como dice la revista Life”.
Los fragmentos de la entrevista se entrelazan con otras tomas grabadas en la isla, en Asturias, en Francia, Estados Unidos.. La mayoría son cenas y fiestas con conversaciones entre los protagonistas de la historia y el equipo de producción. Todos son cómplices del gran montaje que se desvela ante nuestros ojos, incluso hay un cameo póstumo de una super-estrella del arte.
La película se estrenó en televisión en 1973 sin tener mucho impacto ni encontrar mucha difusión en el mundo del cine. Elmyr se suicidó dos años después, cuando iba a ser deportado a Francia por el juicio de sus falsificaciones. Orson Welles nunca consiguió financiar su última película “The Other Side of the Wind”, ni tuvo tiempo para más documentales-ensayo que planeaba realizar. Por suerte la película perduró. “Tal vez el nombre de uno no importe tanto”.