Pensaba en las fuerzas interiores que movían a Bob en la película de la semana pasada, rompiendo el matrimonio con su bella y casta esposa (e hijos) por su relación con Rita y Sue, dos adolescentes de mucho carácter pero sin suerte y sin planes de futuro. Algo de esa búsqueda compulsiva del goce como salida y rechazo a la austeridad y pobreza circundante mueve también a los personajes de "Drowning by numbers". En progresión incremental, Madgett, el personaje masculino de turno en esta película, llega a buscar sexo con madre (Cissie Colpitts 1), hija (Cissie Colpitts 2) y nieta (Cissie Colpitts 3). Estas tres mujeres, de tres generaciones diferentes pero cuya complicidad podría ser la de hermanas, se sublevan contra la falta de salida de una manera tan violenta que desencadena una gran crisis en su pequeña comunidad. Pero lo que podría ser una tragedia se desarrolla en un tono cómico muy pero que muy inglés. Y con la maravillosa banda sonora de Michael Nyman, la luz de Sacha Vierny, las fabulosas interpretaciones... se hace fácil gozar durante las dos horas que dura el film.
Esta será la tercera película inglesa consecutiva, in a raw, que programamos en el cineclub Chantal. Estrenada en 1988, un año posterior a "Rita, Sue and Bob too" (1987, Alan Clarke), dos años antes que "Contraté un asesino a sueldo" (1990, Aki Kaurismäki), durante los últimos años de la Thatcher en el gobierno británico. Las dos películas anteriores nos sitúan en barrios y suburbios de "cockneys" (londinenses o no..), gente con pocos recursos económicos y mentales, con el trasfondo de empobrecimiento económico y cultural de 11 años de privatizaciones y conservadurismo. Aunque no explícito, veíamos en la puesta en escena y las circunstancias grotescas una queja y señal de aviso hacia el thatcherismo. Una de las cuestiones que nos surgió durante el debate posterior fue la de cómo sería una película que captase esas transformaciones pero sin la razón subyacente de la precariedad de la clase social trabajadora. Esta vez viajaremos a un pueblo en la costa, rodeado de un entorno natural exuberante propio de las fábulas y los cuentos, de fairy tales. La visión mítica, pictórica y barroca de Inglaterra en las películas de Greenaway de esta época tiene mucho de reacción a la pérdida de identidad tras años de liberalismo y de recortes en cultura. En sus obras, consideradas en su momento de vanguardia y de élite artística, se aprecia una cierta nostalgia del clasicismo y los avances culturales logrados en el antiguo imperio y sus colonias... imaginando una belleza que lo gobernaba todo y de la que todas y todos participaban como piezas de un juego. Un gran juego abstracto de números y reglas. El título es un juego de palabras sobre un juego pictórico llamado "Drawing by numbers". Seguramente habréis jugado alguna vez: consiste en ir uniendo con un lapicero puntos ordenados por números para formar una figura. Os animo a contar los números según van apareciendo en la película, muchas veces en segundo plano, algunas veces pronunciados en los diálogos, del 1 al 100. Hay multitud de juegos en la película: "Bees in the Trees", "Dawn Card Castles", "Deadman's Catch", "Flights of Fancy"... Muchos inventados a propósito. Una propuesta que conecta con el simbolismo lógico y la filosofía de las matemáticas de comienzos del siglo XX, tipo Bertrand Russell y Ludwig Wittgenstein, con símbolos numéricos y etiquetas en objetos, simulacros surrealistas y repeticiones y simetrías. Pensaba en las fuerzas interiores que movían a Bob en la película de la semana pasada, rompiendo el matrimonio con su bella y casta esposa (e hijos) por su relación con Rita y Sue, dos adolescentes de mucho carácter pero sin suerte y sin planes de futuro. Algo de esa búsqueda compulsiva del goce como salida y rechazo a la austeridad y pobreza circundante mueve también a los personajes de "Drowning by numbers". En progresión incremental, Madgett, el personaje masculino de turno en esta película, llega a buscar sexo con madre (Cissie Colpitts 1), hija (Cissie Colpitts 2) y nieta (Cissie Colpitts 3). Estas tres mujeres, de tres generaciones diferentes pero cuya complicidad podría ser la de hermanas, se sublevan contra la falta de salida de una manera tan violenta que desencadena una gran crisis en su pequeña comunidad. Pero lo que podría ser una tragedia se desarrolla en un tono cómico muy pero que muy inglés. Y con la maravillosa banda sonora de Michael Nyman, la luz de Sacha Vierny, las fabulosas interpretaciones... se hace fácil gozar durante las dos horas que dura el film. Os esperamos este martes 11 de diciembre a las 20:00 h en el Cineclub Chantal, en la Ingobernable (C/ Gobernador 39, Madrid).
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