Si la semana pasada nos adentramos con Querelle en un sueño erótico confuso, esta semana caeremos más profundo en una completa pesadilla psicosexual. Aunque una bestia muy distinta, ambas películas nos presentan un mundo que parece salido directo del subconsciente; experiencias viscerales con unos personajes pasionales de sentimientos confundidos y ambiguos. Películas controvertidas que frustran a la vez que fascinan, y que las odies o las ames no te dejaran indiferente.
La Posesión arranca con una ruptura sentimental enfermiza no en vano situada en Berlín, y desde ahí no hace más que crecer en locura y confusión. Con unas interpretaciones pasadas de rosca (destacando a Isabelle Adjani, inolvidable en su mórbido esplendor) sus personajes se mueven a gritos y tumbos por una ciudad dividida y gris donde el único color con vida es el rojo chillón de la sangre.
Males encarnados, alegorías políticas, calcetines rosas y mucho más os esperan este martes en Chantal.