La semana pasada, vimos cómo Fausta, la protagonista de “La teta asustada” (Claudia Llosa, 2009), vivía marcada por la violación de su madre, encerrada en sí misma por tan horrible testimonio, acarreando el síndrome que daba título a la película. Este trauma heredado, hecho suyo, le había arrebatado la capacidad de confiar, de despreocuparse, de vivir; o al menos de hacerlo en los términos de aquellos que la rodeaban. A sobrevivir, en el mejor de los casos. Este terror se traducía, entre otras cosas, en su incapacidad para caminar sin ir acompañada. Este gesto, tan claro, tan cotidiano, y a su vez acompañado de una preocupación tan habitual, me recordó a la película que veremos esta semana “Una chica camina a casa sola de noche” (Ana Lily Amirpour, 2014). En ella se recupera el motivo, el camino solitario y la mujer que lo recorre, precisamente para jugar con la expectativa, si no con la nuestra, con la de aquellos que con ella se cruzan. Se trata de la primera película de su directora, una rareza dentro del cine iraní y fuera de sus fronteras, que tirando de ideas visuales y convenciones propias del cine de género, desde el cine de vampiros al western, construye una historia, que aunque más manierista y onírica que naturalista, evoca emociones que comprendemos y conocemos. De nuevo, la dificultad de abrirse a los otros. Un sentir adolescente en quienes ya no lo son tanto. Una figura oscura que vigila las calles, mientras refinerías y chimeneas llenan la noche de humo. La sociedad industrial se encuentra con el cuento gótico. La sed de sangre, la sed de petróleo. Os esperamos este martes a las 20:00 para disfrutar de este paseo nocturno, en el Cineclub Chantal en la Ingobernable.
1 Comentario
fidel
13/3/2019 10:38:36
hola,
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